domingo, 12 de noviembre de 2023

ITINERARIO HACIA LA ESCRITURA

Una lectura política hoy Alejandro Cruz Solano Hay muchas lecturas sobre lo que acaba de pasar en la encuesta de MORENA, donde salió electa Margarita González Saravia, esta es una de ellas, en primer lugar, la elección tiene dos vertientes, la primera la postura del INE de colocar cinco mujeres y cuatro hombres, a Morelos le tocaba mujer, la segunda, el respaldo político desde arriba, sin lugar a duda había simpatía por ella. Otra lectura, es obvio que también juega un papel importante que el Güero Mercado haya quedado en segundo lugar y que próximamente es posible sea el candidato al senado, también aquí hay dos factores, el primero la operación que hicieron en el gobierno del Estado y la segunda, la gran cantidad de dinero invertido. En política hay que tirarle a lo grande para caer en lo que sea. Esta última es quizá le va a beneficiar a Juan Salgado Brito que quedó en la tercera posición, seguramente va a alcanzar para que esté dentro del gabinete. ¿Cuál es el escenario que se vislumbra hacia el futuro? Miro dos escenarios, el primero, la tensión en la conformación del equipo de trabajo de la hoy coordinadora de MORENA estará duro el jaloneo entre los grupos, que son muchos, en Morelos por lo menos los identificamos. Esa tensión tiene que mirarse como algo natural dado que a muchos que quedaron afuera les urge tener espacios para operar en las elecciones intermedias. Por otro lado, es muy probable que los que no queden dentro van a ir a negociar con la contrincante, Lucy Meza, en Morelos sabemos que la clase política se mueve así; la animadversión se vuelve operación, el chiste es quedar dentro. No me extenderé más, habrá espacios para seguir escribiendo, aquí, los perdedores deberían evaluar su práctica y operación, la humildad de hacer eso, ayuda por lo menos donde estábamos parados y donde estamos simulando.

martes, 21 de febrero de 2023

El impacto de los problemas de la salud mental en el aula escolar

Por Alejandro Cruz Durante más de veinte años como terapeuta la experiencia en los problemas de salud mental se ha reflejado con más impacto en los jovenes entre los 18 y 26 años, sin que eso signifique que otros casos no lo padezcan. Es común encontrar casos frecuentes de depresión, ansiedad, estrés, ideas suicidas o pérdida del sentido de la vida. Estos casos los encontramos en lo particular en las consultas como en las aulas educativas. El tema de la salud mental es de interés debido al crecimiento de problemas que estamos teniendo en nuestro país, solo por citar algunos ejemplos, en el 2020 según el INEGI se registró la tasa de suicidios más alta con 7896 de personas que se quitaron la vida, comparado con los 4720 que se dieron entre 1994 a 2019 . También, casi el 30% de los mexicanos se han sentido deprimidos al menos una vez y sólo el 5% han tenido acceso a una terapia antidepresiva farmacológica (INSP, 2020). En relación a la atención uno de cada cuatro mexicanos, entre 18 y 65 años, ha padecido en algún momento de su vida un trastorno mental, pero sólo uno de cada cinco, de los que lo padecen recibe tratamiento (Tena, 2017). Algunos de los problemas para tratar el tema de la salud mental es la estigmatización y discriminación que se da entre nosotros, es común escuchar este tipo de frases “Si vas al psicólogo o psiquiatra es porque estás loco”, “estás loca”, “pretextos, sólo quiere llamar la atención”, “el tiempo cura las heridas, supéralo”, “se mató”, “es bipolar”, “si te sientes mal mentalmente deja de pensar en ello”, “no necesitas ayuda, tú puedes sola”, “¡supéralo!” o “qué vergüenza contarle al psicólogo todos tus problemas”. Ante esta situación, una pregunta obligada es ¿Por qué es importante cuidar nuestra salud mental? ¿Qué entendemos por salud mental? La organización mundial de la salud (OMS) define la salud mental como “Un estado de bienestar en el cual el individuo es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera y es capaz de hacer una contribución a su comunidad” pero ¿Qué es el bienestar? El bienestar psicológico ha centrado su atención en el desarrollo de las capacidades y el crecimiento personal, concebidas ambas como los principales indicadores del funcionamiento positivo. En otras palabras, el bienestar es la evaluación que hacen las personas de su vida, que incluye tanto juicios cognitivos como reacciones afectivas (estados de ánimo y emociones). La valoración subjetiva que expresa la satisfacción de las personas y su grado de complacencia con aspectos específicos o globales de su vida, en los que predominan los estados de ánimo positivos. El bienestar psicológico es “un concepto ligado a la percepción subjetiva que tiene un individuo respecto a los logros conseguidos por él, y su grado de satisfacción personal con sus acciones pasadas, presentes y futuras” (Diner y cols., 1999, citado por Velázquez y cols., 2008). Este bienestar psicológico se produce en relación con un juicio cognitivo que la persona hace acerca de sus logros, lo que a su vez influye en la conducta dirigida al logro de metas y propósitos, siendo por ello un factor de motivación intrínseca para el estudiante. En la actualidad puede parecer difícil mantener un equilibrio mental sano debido a la diversidad de agentes estresantes como la excesiva carga de trabajo, las múltiples responsabilidades o la falta de una economía favorable. ¿Qué debemos hacer? ¿Cómo contribuir a apoyar a los jovenes en este problema? Probablemente no encontremos un momento como este en mucho tiempo para ahondar de manera responsable en las necesidades de promover el bienestar en las personas y, por supuesto, prevenir, detectar e intervenir de modo preciso y proporcionado los desajustes emocionales y los trastornos psicológicos de los jovenes. Reflexionar sobre nuestra salud mental supone repensar, qué modelo de sociedad hemos creado, el valor de la equidad como respuesta a la vulnerabilidad y desigualdades, cómo vivimos, cuáles son las prioridades, cuáles los principios y valores que guían la vida cotidiana, nuestras rutinas e inercias. Representa también un esfuerzo por revisar profundamente el código y modelo en el que asentamos nuestros modos y maneras de “hacer” educación en el día a día, en la cotidianeidad que vivimos en los espacios sociales, en las casas, en las escuelas; en las actividades compartidas, y en el corazón de las relaciones interpersonales que tejen y configuran la compleja red de interacciones, más o menos planificadas, que aproxima y muestra la realidad, intentando hacerla interpretable, compresible. También modificable. Es imprescindible dotar a los proyectos educativos de planes integrales que incorporen la educación emocional y la reflexión sobre el sufrimiento psicológico y el papel que desempeñamos todos sus miembros en las comunidades educativas en su prevención y, en su caso, pronta y eficiente detección. Y es, asimismo, imprescindible que los sistemas educativos doten a los centros y a las comunidades educativas de: • Opciones organizativas para el desarrollo de planes y programas (tiempos y espacios específicos) de educación emocional y detección de desajustes emocionales; porque es necesario abordar en las aulas el sufrimiento psicológico de las personas con programas para toda la comunidad educativa validados y contrastados por la evidencia. • Materiales específicos para la elaboración de planes de acompañamiento y protección del alumnado en situación de riesgo de conductas autolesivas y de comportamiento suicida (Luengo, 2021). • La oportuna implementación (con tiempo en tarea suficiente para el desarrollo de sus funciones) de la figura del Coordinador/a de bienestar y protección. • Necesitamos generar nuevas perspectivas, renovados modos de interpretar el momento que nos toca vivir y las necesidades de formación para atenderlas adecuadamente; revisar críticamente los modelos, introducir contenidos y habilidades hasta ahora no contempladas. Aún parece quedar muy lejos el imprescindible consenso que garantice la estabilidad de un marco de formación para los próximos años y para la propia consideración de la profesión docente (Moncloa, 2022). Es fundamental crear, antes que nada, el reforzamiento de los estados mentales positivos en los estudiantes, entendiendo que esos estados son importantes hacérselos descubrir a través del curriculum oculto o actividades de dirigidas hacia el logro de sus metas y objetivos, involucrarlos en distintas actividades sociales que les permitan potencializar sus habilidades y los hagan sentirse útiles, descargando las pulsiones y construyendo la utopía. La salud mental tiene que empezar por erradicar el individualismo y fomentar el sentido de comunidad en los centros escolares, la valoración de sus quehaceres sin caer en la evaluación numérica de sus aprendizajes, es importante la escucha activa, la proyección de sus objetivos hacia el bienestar de la comunidad, la satisfacción de sus logros y el trabajo en equipo.

martes, 14 de febrero de 2023

El amor en tiempos de San Valentín

Alejandro Cruz Solano En estos tiempos hay mucha psicoterapia para los duelos en el amor, los abandonos, pero poca para los excesos. Se preguntaba Byung – Chul Han ¿Por qué duele el amor? Hoy en todas las relaciones se juegan dos cosas, el exceso y la oferta para amar y al mismo tiempo la erosión de las relaciones de pareja. Hay una tendencia significativa en muchas relaciones de pareja, al control. Este, que a mi parecer es un problema en y para la relación nace en el seno del poder que, a su vez, está relacionado con una sociedad del rendimiento. El cuerpo está atrapado en el rendimiento de la perfección; la belleza, el exceso de maquillaje, el sexo, el dinero, etc.; visto así, la esencia del “otro”, es atrapado en el deseo, no así en el amor, primero porque el deseo no se reconoce más que en la necesidad de satisfacer y cubrir una demanda de quien desea, que es el ejercicio de poder solicitado a través de estrategias seductivas, tal como hoy lo encontramos en el mercado pornográfico, en el sexo vuelto un objeto, en el “amor” comprado o anunciado en los periódicos, etc. ¿Acaso entonces debemos decir que nos encontramos en la agonía del amor?. Esta sociedad del rendimiento está conformando una identidad en las relaciones de pareja orientadas más al control del otro que al amor. El amor está en crisis mientras esta sociedad del rendimiento someta las expectativas a las exigencias cuasi perfeccionistas de las demandas del poder del mercado, tales como consumir parejas que estén en “forma”, vayan al gimnasio, sean prototipos de televisión, etc. Hay por decir, una idea fija del “otro” llámesele hombre o mujer, donde esa idea fecunda una expectativa ilusoria y poco realista de lo que debe ser. “El sexo dice -Chul Han-, es rendimiento, la sensualidad capital que hay que aumentar. El cuerpo con su valor de exposición equivale a una mercancía”. Una primera condición para amar, requiere pensar al otro como diferente, es decir, mirar al otro, saliéndose de sí mismo para colocar la atención en el otro, lo cual no genera una idea fija, sino un movimiento que produce un despertar. Una idea fija se traduce en una necesidad de poseer, de controlar, de ejercer el poder. Sexo sin orgasmo. La atención al otro, se traduce en una renuncia de la conciencia de sí mismo, como un olvidarse de sí en otra mismidad. Hay que identificar que, en las relaciones de pareja donde se ejerce el control también aparecen otros síntomas, entre ellos, el síntoma de la codependencia o apego psicológico. Este síntoma como diría Walter Riso es una adicción. El problema de un adicto no es la droga en sí, sino su incapacidad para controlar su consumo, el problema del apego es la incapacidad de controlar su obsesión por el otro. Si lo ponemos en un esquema diremos, que una referencia fundamental de las conductas de apego es la baja autoeficiencia “no soy capaz de hacerme cargo de mí mismo”. Necesitamos de alguien más fuerte psicológicamente que se haga responsable de mí. El sujeto no busca amor, busca supervivencia, en estado puro. El amor es una actividad, no es un afecto pasivo y como actividad este no debe suscribirse a una persona. En ese sentido el amor romántico es una falacia, dado que el despliegue de energía se realiza hacia una persona idealizándola, demandándole afecto, incrustando la necesidad de recibir pasivamente lo que el otro necesita.

miércoles, 28 de marzo de 2018

Acabar con la partidocracia



Los partidos políticos representan a una clase social privilegiada que viven y seguirán viviendo a costa del presupuesto público. Su capacidad de organización es tal que, no podrían soportar su desaparición y en esa necesidad son capaces de aliarse con quien sea para sobrevivir. ¿Puede haber nuevos horizontes de visibilidad como lo decía- René Zavaleta-, para opciones democráticas ajenas a la partidocracia? Me parece que sí, desde la antigua Atenas cuando los ciudadanos participaban en los asuntos públicos de la República, el concepto de ciudadano formaba parte del Estado, pero, a raíz del surgimiento del Estado Moderno y de las nuevas conceptualizaciones de la democracia hemos pasado a otra configuración de ciudadanos. Los procesos electorales últimos han mostrado que las limitaciones en la democracia electoral siguen y parece que seguirán sosteniendo gobiernos con poca representatividad pues, ningún gobierno electo alcanza la votación que representa un padrón electoral. Otro cuestionamiento fundamental también colocado en el centro de las reflexiones es ¿Qué tan legítimo es un gobierno que no representa los intereses generales de un pueblo, comunidad o colectivo humano? O ¿Por qué en nuestras democracias representativas a los que elegimos los ciudadanos en la realidad no nos representan, pues, las decisiones se toman contrarias a lo que necesitamos? Me parece que hoy no solo tenemos que discutir y reflexionar nuestro ser y hacer en torno a la participación como ciudadanos, sino que urge terminar con los privilegios de la partidocracia. Urge dado que ya no nos representan; los grandes casos de corrupción, la ausencia de proyectos y políticas públicas, el entreguismo al capital privado, el deterioro de la calidad de vida, el alto costo que nos representa los partidos políticos, etc. Se han convertido en indicadores negativos. Ya no tenemos instituciones fuertes, hemos dejado – sin el afán de ponerlo en un plan pesimista-, de ser ciudadanos de primera como en la antigua Grecia. Me parece que urge reinventar la primera estructura básica de las instituciones: el municipio. Esa estructura es fundamental no solo por ser la más antigua, sino porque representa el pequeño campo territorial donde se entrelazan de manera sistemática los aspectos administrativos, jurídicos, políticos y sociales. Reinventar el municipio podría aportar nuevos escenarios de organización social –territorial que pudiera contraer un primer ejercicio de sostenimiento económico a través de las haciendas municipales. Acabar con el partidismo no va a ser posible si no reinventamos no solo nuestra organización como ciudadanos también hace falta integrarla en ese esquema básico que es el municipio. La multiplicidad de actores se convierte en el potencial, ese recurso invisible que es el que hace las instituciones. No va a ser posible reinventarse si seguimos sin organizarnos, somos potencia individual y colectiva, somos los que le damos razón a nuestra historia, somos los que configuramos el futuro, luego entonces habría que construirlo juntos, habría que visualizarlo dialogando, habría que ponerlo en la mesa como proceso educativo y participativo, entendiendo lo educativo como la retroalimentación de aprendizajes y experiencias desde los sujetos que lo integren.

martes, 27 de febrero de 2018

El desarrollo moral para una epoca de crisis

Laurence Kohlberg profesor en Chicago y luego en Harvard llegó a la conclusión que todos los seres humanos de todas las culturas seguimos una línea ascendente en el plano moral que es común a todos. Es decir, que en el desarrollo del niño hasta la adultez, todos y en todas las culturas desarrollamos una serie de etapas, mismas que muchas de estas seguimos reproduciendo actualmente, describo de manera esquemática las etapas del desarrollo moral según este autor. Primera etapa heteronomía; segunda, individualismo; tercera, expectativas interpersonales; cuarta etapa, sistema social y consciencia; quinta, contrato social; y sexta, principios éticos universales. Vayamos por partes. En la heteronomía significa que, durante los primeros seis años, la moral nos es impuesta por otros, es decir, el niño sabe lo que está bien y lo que está mal pero no tiene consciencia moral. El niño puede hacer lo que quiere, pero son los padres quienes le dicen lo que es bueno y lo que es malo, muchos adultos se quedan en esta etapa, hasta que ya no son los padres sino la policía quienes le imponen un castigo. Es el famoso comportamiento del delincuente. En la segunda etapa, comienza el individualismo que abarca un periodo de los seis años hasta la adolescencia, es donde surgen las reglas del juego o la famosa ley del talión, que no significa ley de venganza, sino “te trato como me trates”. Individualismo y egoísmo mutuo. Si me partes un diente yo te parto otro diente y quedamos parejos. Si te hago un favor, tú me debes otro; esta etapa ya es una etapa moral. En la tercera etapa, la de las expectativas personales, se inicia con la adolescencia, surge cuando hay el deseo de agradar, de ser aceptado, la necesidad de pertenecer a otros grupos que no sea la familia. Es una etapa muy tormentosa porque al mismo tiempo que se desea agradar a la familia, al mismo tiempo se busca la independencia. En la cuarta etapa, Kohlberg, le llama sistema social y consciencia es donde empieza la autonomía moral. Las personas inician aquí el binomio compromiso-responsabilidad; sabemos que tenemos que hacer el bien y evitar el mal, pero lo hacemos comprometidos consigo mismo y con los demás. En la quinta etapa, el contrato social es la que separa al individuo de sí y lo abre a los otros, a la humanidad, es el ejercicio de reconocer los primeros derechos humanos de libertad y la vida; persona que desarrollan esta etapa son las que se comprometen por los otros, los que luchan como Gandhi y Martin Luther King o Nelson Mandela. Finalmente, la sexta etapa corresponde con los principios éticos universales cuya regla de oro es “hacer por los otros, lo que no quisiera que hicieran por mí” Haciendo uso de este esquema, podríamos decir que existen adultos que se quedaron en las primeras cuatro etapas, y también vale decirlo para la clase política mexicana, ¿Cuántas veces por arrebatos agresivos y pasivos no hemos tratado mal a un amigo, a un vecino, o a un pariente? ¿Cuántas veces no se han apoderado de nuestros recursos permitiendo y asumiendo una actitud pasiva que lo sigan haciendo? ¿Cuántas veces nos han robado nuestro patrimonio y no hacemos nada, nos quedamos callados?  Este tipo de comportamiento premoral de los adultos con consciencia es un comportamiento delincuencial, sobre todo si se trata de conductas que afectan a los demás; en el caso de los niños, son los padres los que frenan esos arrebatos infantiles, en el caso de los adultos que tienen un comportamiento similar, es la ley a través de la figura del policía; esta es las características de la primera etapa. ¿Cuántas veces solo se apoya a los que son de un grupo, partido, iglesia? ¿Cuántas veces no hemos sido discriminados por el color, las ideas, la religión, los estilos de vida? ¿Cuántas veces no hemos escuchado que si no votamos por tal o cual partido que hoy son gobierno nos quitaran los programas sociales? Este comportamiento es característico de la segunda etapa. ¿Cuántas veces no han querido algunos padres, políticos, docentes quedar bien con sus alumnos, con la población, con los hijos? ¿Cuántas veces no hemos visto en las redes sociales a políticos que se sacan la foto regalando despensas, gallinas, licuadoras, para quedar bien y ganarse el voto de las personas a quienes les han regalado algo? No se trata del bien de las personas sino de quedar bien con los demás y, rebota o sacamos a relucir nuestra verdadera conducta cuando nos critican;  esta es característica de la tercera etapa. Finalmente, la cuarta etapa no solo se trata de ser amigo o buscar el bien de alguien, sino también de exigir un compromiso de las personas con las que se convive, exigir ser participes del cambio o de los cambios no solo a nivel individual sino también social. Si entendemos bien esto, nos daremos cuenta que en estas primero cuatro etapas del desarrollo moral hay muchas contradicciones en nuestros comportamientos como adultos, somos individualistas, hacemos y construimos expectativas personales y tememos a la crítica, nos comportamos con los demás buscando nuestro propio interés y lo peor, permitimos que nuestra poca consciencia tengamos actos premorales como en la primera etapa que reproducen los actos de los demás tales como los de la corrupción, la negligencia, el arrebato, etc. Dejo aquí a su interpretación este ejercicio que he escrito para reflexionar nuestro papel en la vida cotidiana frente a estas etapas del desarrollo moral, las otras restantes no tiene sentido hablar de ellas dado que nos falta mucho para poder llegar a esa meta, lo difícil no es llegar, sino comprometerse. 

viernes, 9 de febrero de 2018

Propuesta para una gobernabilidad democrática






Por: Alejandro Cruz Solano





La crisis de legitimidad en los partidos políticos por los casos de corrupción, no solo ha implicado la incapacidad del funcionamiento del aparato político sino también de la falta de respuesta de esa parte vital que hace que el Estado funcione, me refiero, a la sociedad civil o ciudadanía. ¿Significa entonces, un desplazamiento del énfasis del Estado a la sociedad? No, significa dinamizar a la ciudadanía para que ésta, no solo sea, una parte integrada del Estado, sino una parte sustantiva respecto de lo público, sobre todo, de la gobernabilidad democrática. ¿Qué es la gobernabilidad democrática? Esta es un atributo de la sociedad que garantiza la regularidad de los comportamientos de acuerdo a valores, pero esa regularidad no solo promueve sino que desarrolla en sí misma las capacidades para impulsar los valores que el aparato político no desarrolla. Por ejemplo, el debate de lo ético, como un valor de una cultura democrática no solo es necesario, sino urgente frente a la crisis que viven hoy los partidos políticos, dicha crisis no solo es un fracaso de la gobernabilidad sino también de los valores que legitiman una cultura de la falta de una democracia. En este sentido,  cuando hablo de la gobernabilidad me refiero a ella como  la capacidad  de un sistema que implica la interrelación entre lo institucional con las capacidades de los actores políticos, económicos y sociales presentes y finalmente la calidad del liderazgo para transformar lo disponible. En este sentido, la gobernabilidad no depende de una institución, sino de la interrelación, el fortalecimiento de las capacidades de los actores de la gobernabilidad y, principalmente de las organizaciones de gobierno, pero también implica el papel fundamental del liderazgo, entendiendo a este como el proceso y función de capacidades, entre ellas; visión, legitimidad y capacidad para tratar adecuadamente los conflictos. . La formulación de la visión requiere la comprensión de los intereses a corto y largo plazo de un amplio espectro de los actores sociales, así como la conciencia suficiente de los impactos que las tendencias y fuerzas de cambio actuales y futuras van a tener sobre la sociedad y sus principales actores. Lo decisivo no es que la visión sea innovativa, sino que conecte con los intereses y motivaciones de amplias audiencias. Respecto de la legitimidad, es fundamental que los liderazgos puedan tener la credibilidad y confianza, situación que se legitima en la coherencia entre el discurso, las acciones y los resultados. Finalmente, la capacidad para tratar adecuadamente los conflictos, está referida a la capacidad para que el conflicto sea un estímulo de desarrollo y aprendizaje, situación que permitirá la seguridad y certidumbre en la transformación de opciones difíciles


martes, 22 de agosto de 2017

Notas para construir un futuro desde el pensamiento

Frente al caos que vivimos hay que detenernos para reflexionar la siguiente pregunta ¿Desde dónde nos situamos para pensar nuestros problemas? ¿Cuál es la base de nuestra forma de ver el mundo? ¿Por qué pensar el presente? En primer lugar, me parece fundamental partir de la misma pregunta, es decir, formular la pregunta nos sitúa frente al problema, preguntamos porque hay un problema que resolver. ¿Cuál es ese problema? El problema es la multiplicidad de las emergencias a las que hay que alumbrar con la reflexión, con el pensamiento, y, hay que hacerlo en el tiempo presente, que es donde se da el acontecimiento. Sin embargo, esta tarea no nos la da el sentido común, hay que construirla en los espacios donde se pueda ejercer el hecho educativo; sea la escuela, sean los círculos de reflexión, sean los espacios donde se debate la necesidad de transformar este mundo. Este planteamiento no significa ignorar el tiempo del pasado, aquí la pregunta consiste en como direccionar un problema del pasado a lo contemporáneo o, como elaborar, como pensar el presente y el futuro, partiendo del pasado y del presente. Trazar un horizonte nos permite instaurar un plano, hacer un corte en el devenir (entendiendo este como el proceso o cambio) pues al mismo tiempo que somos en el presente, estamos dejando de ser. Un primer referente es ¿Cómo nos pensamos a nosotros mismos? ¿Cuál es nuestro referente histórico? ¿Cuál es nuestro referente educativo? Nuestro continente presenta una realidad, una dimensión que pareciera no está incluida en nuestro mundo. Esta es revelada a través de miles de rostros, de palabras que son leídas como injusticias, exclusiones, hambre, entre otras. Si no incluimos esa realidad con rostro humano que sufre en nuestros horizontes de construir un futuro mejor es que entonces nuestro marco de referencia está en otro pensamiento, habría que revisar que es lo que nos hace ajenos no pensar ese contexto. El papel de la educación es importante en la medida en que aporta una racionalidad, una forma de ver el mundo que se construye con categorías conceptuales que me hace pensar como pienso. Los mecanismos con los que nos enfrentamos a la realidad y que son producto del papel educativo pueden variar; podemos partir de mecanismos lógico-instrumentales o mecanismos racionales alternativos. Un segundo referente es, como abordamos la realidad; podemos hacerlo a través de la abstracción, es decir, hacemos un corte de la realidad y eliminamos los contextos de significación comprometedora. Es como si decidiéramos pensarla desde una zona de confort; Pareciera como si el mundo moderno separara dos formas de abordar esta realidad, la primera desde una visión objetiva creado por esa razón lógico-instrumental y, la segunda, por una visión subjetiva, centrada en los proceso del sentir y pensar de las personas. Hay que reiniciar un dialogo entre los principios fundantes del sujeto y de la razón, pues los saberes deberán escapar del pensamiento mutilado y mutilador para acceder a lo complejo que esta realidad representa. Pensar es preguntar, pero la pregunta tiene un referente, el problema; el problema procede del tiempo presente, que es el acontecimiento, este hay que hacerlo significativo para que el pensamiento lo ilumine; lo iluminamos cuando lo volvemos proyecto, proyectar hacia el futuro no se proyecta la necesidad de una trasformación social o política, al trascender, también nos proyectamos nosotros; es este ejercicio del pensar lo que nos hace libres, lo que nos hace solidarios; aquí el fin no justifica los medios, aquí el fin es hacer una sociedad más justa y digna para los que vivimos en ella, no hacerlo es una responsabilidad que implicará un juicio de la historia, pues no vinimos a hacer biografía, sino hacer historia. 

martes, 13 de diciembre de 2016

La decadencia de lo político

Una institución es fuerte cuando es democrática, pero es débil si termina convirtiéndose en una plutocracia, que en buen español traducido del griego significa “el gobierno de los ricos”. Lo político como proceso está controlado por una élite que en distintos puntos son familias, amigos, padrinos, empresarios, tribus políticas, grupos de élite, etc. Son minorías con poder. Cuando estas minorías se hacen del poder deja de existir la democracia, por ejemplo, los gobiernos municipales están en manos de familias y amistades que de cierta manera financiaron las campañas. La administración pública se ha vuelto en una cuota de poder que funciona en recaudar un porcentaje de los recursos públicos a través de los servicios que se prestan, de allí viene el enriquecimiento de los que administran. Por ejemplo, un proveedor de obra pública sea empresario, constructora u amigo prestanombres hace con el recurso público alguna obra con un costo más alto de lo que es, si por decirlo, se pavimenta una calle que cuesta en términos reales sesenta mil pesos los que gobiernan la facturan en ciento veinte mil o quizá hasta doscientos mil, esa diferencia es la que se lleva un administrador del gobierno por lo menos municipal, si sigue subiendo de nivel puede elevarse hasta millones. Es por esa razón que muchos desean ser políticos. Este nivel de corrupción es descarado, por eso no alcanzan los recursos para el desarrollo, el caso de la casa blanca que fue un regalo del grupo Higa a Enrique Peña Nieto en realidad debió ser por los miles de millones otorgados a esa empresa para obra o infraestructura carretera. Hace poco platicando con un funcionario muy cercano a hacienda federal me decía que el país está en quiebra; no lo dudo, los recursos públicos tienen en todos los niveles un manejo discrecional de porcentajes que van a la bolsa de la clase política. A mi parecer esto está debilitando a las instituciones pues, las administraciones lejos de tejer una red que empodere a la ciudadanía, que transparente el uso de los recursos, que promueva un desarrollo municipal, estatal o nacional, está yendo por una deriva de decadencia que va a terminar explotando. Lo político que en la Grecia antigua era una virtud para los ciudadanos que se ponían al servicio de su comunidad, lo que terminó constituyendo una república con una democracia participativa hoy, se ha deteriorado por las prácticas de los políticos aprovechando el modelo de democracia representativa y electoral, donde los ciudadanos sólo los votamos y dejamos de participar en la vigilancia de sus actos en el sentido de la participación. Este último caso es visible hoy, la alta votación que obtuvo el presidente actual del municipio de Cuernavaca, Cuauhtémoc Blanco que fue un ejercicio electora democrático se ve amenazada por una minoría que bajo argucias explicitas legales, en el trasfondo se convierte en un asunto político que no tiene otro objetivo que usar los recursos públicos de la basura y de las luminarias para convertirlas en un negocio personal. El problema es que esta revancha política la hace el máximo tribunal encargado de legislar a favor de todos, el Congreso de la Unión, lo que la razón jurídica a través de la SCJN les acaba de anular su pretenciosa acción. Una minoría que es el congreso de la unión busca destituir a un presidente municipal que en el ejercicio de la democracia electoral revierte el significado que los griegos dieron a lo político, es decir, el poder del pueblo. Lejos se mira que lo político se vuelva el poder del pueblo y un ejercicio de servicio a los demás, en realidad la decadencia de lo político tiene tres impactos, el primero, quienes nos gobiernan desconocen el significado de lo político lo cual los convierte en pragmáticos; lo segundo, nos gobierna una plutocracia que se ha enriquecido de los propios recursos públicos y finalmente, nos gobiernan políticos que nos les interesa el servicio público, de otra manera no estuviéramos como estamos, con problemas de infraestructura, de desarrollo y con carencias de servicio de buena calidad. Entonces lo que urge hacer es organizar a los ciudadanos para que unidos no divididos saquemos nuestro estado actual en la que nos encontramos y recuperemos el sentido de participación en los asuntos públicos y no sólo ser meros espectadores de ellos.

Tambien lo puede consultar en  http://elregional.com.mx/Noticias/?id=85339

martes, 29 de noviembre de 2016

Para entender a la sociedad actual en la que estamos

Para pensar cómo funciona una sociedad hay que abordar algunos aspectos importantes, entre ellos, lo que se conoce como modo de producción. Un modo de producción se mueve a través de fuerzas productivas, como el trabajo y las herramientas que se usan para ese trabajo (tecnología); pero también se mueven relaciones de producción entre los hombres, tales como cuando se establecen relaciones de compra venta, por ejemplo, al comprar un vehículo, una casa, establecemos una relación de producción entre un comprador que trabaja para comprarse una casa, un vehículo etc., y un hombre que vende.  Esto da como resultado un tipo de conciencia de clase social que define no sólo una forma de pensar, sino también una ideología. No se puede entender la conciencia de clase sin articularla a los procesos históricos-sociales en los que vivimos, solo por decir algo, la conciencia alejada del contexto social no permitiría entender los diversos intereses de las clases sociales. La sociedad moderna por ejemplo, se sitúa en distintas contradicciones producto de su conformación entre los intereses de las clases dominantes, el modo de producción capitalista y su forma de relacionarse entre las personas. Es importante documentar que un retorno a la forma en cómo se producen los discursos sobre algunas cuestiones puede ayudar a desenmascarar el peso que puedan tener algunos conceptos o ideas que se asumen como verdades. Hay “verdades” que se asumen desde una posición ideológica porque se pretenden consolidar como discursos de poder. Ejemplos hay muchos, conceptos como dictadura, salud mental, enfermedad, etc. son algunos. Las sociedades se forman y de allí constituyen sus formas de pensar, no es lo mismo pensar desde la pobreza en la que miles de hombres y mujeres, niños y ancianos perciben su realidad en limitadas circunstancias externas que pensar en la zona de confort de los que buscan la ganancia usando a esos pobres para enriquecer a otras clases sociales. En este sentido, la relaciones de producción son esencialmente relaciones contradictorias porque se dan entre una sociedad desigual, lo que entonces produce una conciencia de clase que va a determinar la forma de mirar no sólo a las personas, sino al mundo. Un discurso que ensambla un conjunto de ideas y conceptos se convierte en ideología, luego entonces la ideología crea una forma de mirar la realidad producto del contexto o de las formas en cómo se constituye lo social. Así, lo ideológico sería ese conjunto de pensamientos ligado a valores o seudovalores donde se justifican las formas de comportamiento social. Hace poco una amiga cubana que vive en San Paolo Brasil me comentaba su tristeza de no encontrar trabajo, durante un mes pedía ayuda y nadie o por lo menos alguien se la ofrecía a cambio de favores sexuales. Este comportamiento individualista para ayudar a alguien o sólo condicionado por un ofrecimiento a cambio de sexo es típico del capitalismo. En una formación social capitalista todo se rige por la mercancía, el otro se vuelve tal y entonces las relaciones mercantiles pierden su efecto como personas y se convierten en cosas, arrastrando a esa misma dinámica todo acto humano desde el amor, el sexo hasta los sentimientos. No tengo ninguna duda que el capitalismo ha perdido la esencia humanista (quizá nunca la ha tenido) y ha convertido todo en mercancía, que, a través de los medios de comunicación produce un profundo enajenamiento de la conciencia humana arrastrándola a una conciencia en forma de fetiche. La ideología es una forma sistematizada que a través de los medios, la educación, la televisión se va implantando hasta que configura formas de pensamiento capaces de influir en las masas y en las sociedades, ejemplos hay muchos, sólo por citar uno, creer que el medicamento puede aliviar las tristezas es ideológico, pues, medicar puede ser una condición social que tenga atrás un poder económico para enriquecer a una persona o un grupo de personas llamadas empresarios y que estos legitimen por todos los medios infundir la creencia de que tomar medicamento quita la tristeza. Diario vemos eso, la gente cree en tantas cosas que ya no analiza y eso es función de la ideología, hoy las miles y miles de información que nos llega ya no pasan por un filtro de análisis, adoptamos todo sin analizar y pasa entonces a formar parte de nuestras creencias, por eso me parece que hoy asistimos a un pensamiento enajenado (ajeno a nuestras experiencias y vivencias) y más sometido a las exigencias ideológicas y sociales que legitiman como verdades y refuerzan conductas que justifican valores capitalistas más que humanos.

martes, 15 de noviembre de 2016

¿Qué hacemos con el Sr. Trump?

¿Nos puede ir peor de lo que ya nos ha ido? El triunfo de Trump en Estados Unidos abrirá sin duda alguna mucho trabajo para la diplomacia mexicana, no es para menos, se espera que el hoy próximo presidente de los EE.UU. deporte en su primer anuncio algo así como tres millones de inmigrantes. Desde la campaña Trump se convirtió en un personaje escandaloso por sus comentarios xenófobos, misóginos y por su extravagancia forma de comportarse. Eso no es novedad, los pueblos y naciones tienden a orientarse según tres tipos de poder, el tribal, el individual y el simbólico. En el primer caso, los puntos fuertes están en la conciencia de grupo, el sentido de pertenencia a una familia, grupo étnico, religión y nación. Los puntos fuertes están en la lealtad, la fuerza de la unidad, el sentido de pertenencia, lo normativo; pero los puntos débiles de éste están en el patriarcalismo, conformismo, rigidez, xenofobia. En el segundo caso, está relacionado con nuestra identidad emocional y psicológica, sus puntos fuertes son el ingenio y la creatividad, pero sus puntos débiles son el narcisismo, la tendencia a polarizar entre bien y mal, oriente y occidente, etc. Finalmente, el poder simbólico nos permite ver las cosas en términos impersonales, éste nos eleva por encima de la materia y nos remite al concepto de energía y el espíritu. El pueblo americano ha elegido al parecer lo que realmente le representa su parte más débil, el espíritu tribal de la parte más negativa, la que reclama un retorno a lo que durante años sus gobernantes le han negado por estar tan ocupados en guerras en Irak, Siria, entre otros. Nunca miré a Donald Trump como un personaje extravagante, sino como un símbolo preocupado por asuntos domésticos tales como la economía, la inmigración, las amenazas externas, etc.  El americano común, el que no ha salido de su país, el que pasa tiempo defendiendo su país fue abandonado por la clase política belicosa. Los atentados del 11 de septiembre, las grandes matanzas en colegios, otros atentados en Boston han construido un sentimiento nacionalista americano que ha encontrado en Trump su mejor referente. Lo que suceda de aquí en adelante puede ser catastrófico dependiendo la lente con la que se le mire. Aún recuerdo las palabras de Richard Nixon en aquel viejo libro que escribió “La verdadera guerra La tercera guerra mundial ha comenzado”, editado por editorial Planeta; donde anunciaba sus dos preocupaciones fundamentales, la primera que es igual que la segunda, se refería a que si Estados Unidos entrara a una guerra seguramente la perdería, igual que si no entraba a ella de todas maneras la perdería (p.9). y se refería principalmente a la pérdida del liderazgo norteamericano, pero apuntaba a un hecho fundamental a esta derrota, el asunto moral. El debilitamiento de la moral de sus liderazgos y de su pueblo. Efectivamente Nixon fue parte actora en la guerra de Vietnam en los años sesenta y setenta  donde Estados Unidos salió derrotado; los cincuenta y ocho mil militares muertos de esa cruenta guerra seguramente bajó la moral norteamericana. Entonces seguramente la geopolítica va a tener un giro importante, quizá porque Estados Unidos ha perdido el liderazgo económico frente a potencias como China y Rusia, por otra parte México siempre ha sido el patio trasero de los Estados Unidos, lo que significa que las relaciones diplomáticas serán complicadas principalmente cuando nuestro país es gran parte responsable del trasiego de drogas hacia allá, me parece que va a ser la parte más difícil. La pregunta es ¿Qué vamos hacer con el Sr. Trump? La diplomacia mexicana no se le ve talento para negociar, la imagen de Enrique Peña Nieto fue muy débil cuando lo recibió antes de las elecciones.  La deportación en caso de que la cumpla va a afectar bastante en lo económico a nuestro país, de la misma manera a otros aspectos, como el social, cuando justamente la violencia ha generado oleadas masivas de migración. No va estar fácil lo que viene, el ajuste económico al paquete del presupuesto de 2017 prácticamente va a afectar al país y al ingreso de los mexicanos que ya de por sí se han ajustado el pantalón frente a las mal logradas reformas y promesas que no se han cumplido entonces ¿Qué nos espera en Enero? Los tiempos lo dirán, pero lo peor ya no has pasado, lo que pasó en Estados Unidos no podría ser peor, es tiempo de ser creativos y buscar hacer de nuestro país algo diferente, pues, entre mayor aportación hacemos menos tendremos que entrar en pánico de lo que pase en nuestro país vecino. 

martes, 18 de octubre de 2016

Filosofía del pensar

Antaño trataba de entender la diferencia entre filosofía y sabiduría y, fue Platón donde comprendí la diferencia. La filosofía se detiene en el pensar, mientras que la sabiduría en la locura (ese lenguaje extraño del éxtasis platónico que la engarzaba a la manía con un estado de ensoñación). Detenerse en el pensar implica pensar ese pensar. La experiencia del pensar siempre implica un pensar hacia algo, por lo tanto, implica una intención, una dirección, entonces decimos pensamos hacia un objeto. Ese saber de un objeto es lo que denominamos pensamiento. Podríamos decir que lo propio del pensamiento es saber; Sin embargo sabemos que el pensamiento son formas mentales, las ideas, las creencias, las esperanzas, las filosofías de la vida no son otra cosa que ensamblajes del pensamiento. Lo que el pensamiento se apropia es la representación del objeto, haciendo sólo significativo su propio pensar. En este nivel de existencia nos movemos continuamente, hacemos significativo nuestro pensar porque representa nuestra propia capacidad de saber de un mundo que está allí afuera de mí representado en mí. Es como si la realidad fuera el original de una foto y el pensamiento una copia o el negativo de esa foto. Pero ¿qué pasa con lo que denominamos conciencia? Hay que diferenciar entre lo que denominamos mente y lo que es la conciencia, en el primer caso la mente sería algo así como el foco y la conciencia como la luz que ilumina ese foco. La mente está compuesta por pensamientos y emociones sobre una realidad fenoménica, la conciencia es la capacidad de reflexionar, que no se afirma en relación al objeto del pensar, ni a la certeza de la verdad o del error, sino a su propia existencia o ser. Conciencia de sí, es la condición ilimitada e informe del ser humano para poder iluminar su propia trascendencia; cuando nos ponemos a pensar en nuestros pensamientos miramos brotar caóticamente una inmensa gama de ideas, imágenes, conceptos, trivialidades que emergen de nuestra relación con el mundo y que hacen de nuestra mente una hiperactiva máquina que no descansa, lugar donde se construyen las falacias del mundo cuando muestra capacidad interna está alejada de esa iluminación de la conciencia. Entonces la invitación es a pensar hacia sí mismo, incorporando la conciencia para iluminar nuestros hábitos cotidianos y trascenderlos por caminos mucho más importantes. En la irrupción de sí mismo está la capacidad de abrirse al otro. El par “yo mismo” – el “otro”, encuentro interno donde me descubro a sí mismo y descubro al otro, no están sujetados al pensar ni reducidos a él. En el corazón donde puedo irrumpir para poder iluminar mi propio camino a través de la conciencia abro éticamente la posibilidad de un encuentro con el otro, mi próximo que me hará vincularme en el compromiso y solidaridad versus individualismo- egoísmo. En la vida actual nuestro punto de partida es educar en una praxis (es decir, en una práctica transformadora) donde haya un punto de encuentro entre el sí mismo y el otro. Esta relación emanciparía las relaciones de poder entre unos y otros y abriría campo a la solidaridad humana en todos los niveles de la vida. Es una conjunción con rostro humano y no con rostro de objeto en relación a una competencia. Pensar al otro como objeto ya lleva implícito dos cosas, una relación de poder y una relación de saberse en posición de control. Una filosofía del pensar quizá debería iluminar las aguas profundas del ser humano para descubrirse como tal y cuya trascendencia está más allá de la simple relación de un saberse aquí posicionado por el poder; lo que acaba con ese saberse, es el dolor, pues he allí el punto de quiebre del ego. La conciencia es nuestra puerta a iluminar ese empoderamiento del pensar y la única capaz de elevar al hombre hacia una dirección que transforme este mundo, tan convulsionado por el poder. 

martes, 13 de septiembre de 2016

El problema de los matrimonios igualitarios en la sociedad conservadora

Si viviéramos en una sociedad homosexual, la homosexualidad no sería un problema. Vivimos en una sociedad heterosexual y la homosexualidad es un problema. Algunas consideraciones psicológicas resolverían muchos mitos. La primera consideración es aquella que apunta a que la fobia a los homosexuales es señal de que hay una homosexualidad reprimida. Santiago Ramírez un viejo psicoanalista mexicano decía que la cultura de los mexicanos es que durante nuestra infancia tuvimos mucha madre y poco padre y que, entonces esa relación profunda con lo femenino desarrollaba algo así como una actitud acentuadamente varonil buscando muchas mujeres para que nuestra hombría se destacara frente a las actitudes desarrolladas durante nuestra infancia y que podrían ser actitudes de “no juntarse con las niñas” “no jugar con muñecas” para que en el lenguaje de los niños no pareciéramos “viejas” . El machismo mexicano se desarrolla pues, paralelamente ante la ausencia del padre y, destaca un comportamiento autoritario, mandón, violento y dominante sobre la mujer. Durante los años siguientes, la familia mexicana ha tenido variaciones en su composición sin dejar aún resueltos muchos patrones machistas; el hombre al que se le ha dotado el papel de proveedor alimenta la idea del ideal de macho.  En esa idea, la homosexualidad aparecería como una conducta de negación interiorizada pero negada ante la realidad; en ese acontecer conductual agreguemos la construcción de una serie de ideas alimentadas por el conservadurismo religioso, principalmente del discurso católico que se opone a los matrimonios igualitarios en varios puntos del país. A mi parecer, el discurso conservador de las familias católicas donde le niegan el derecho a los matrimonios entre personas del mismo sexo es más una orientación ideológica que un conocimiento legal, psicológico o social. En un mundo donde las libertades han ganado terreno no deja de existir un decrecimiento de las mismas en favor de un discurso conservador. Es innegable que todo discurso conservador tiene tintes de control, es una subyugación de la moral y del deseo, lo institucionaliza y lo hace suyo en el discurso del temor. La oposición moral del clero está arraigado en la concepción que se tiene de la familia, concepto que en la práctica no funciona pues el machismo nace de ese concepto triangular de familia (padre, madre e hijo), una especie de estado en miniatura. El peso moral pues de la familia, sostenido por un discurso ideológico durante muchos años es lo que pesa, no parece concebirse otra dimensión de familia pese a los grandes cambios en las libertades democráticas. Sin embargo, me parece también que hay otra consideración psicológica importante, esto sin demeritar el esfuerzo por darles derechos a los homosexuales. Las relaciones entre homosexuales en el terreno emocional no son estables, no quiero decir con esto que entre heterosexuales lo sean, a lo que apunto es que habría que revisar en el terreno del Estado si estos derechos a los matrimonios igualitarios no representan también un discurso hipócrita en el sentido de verlos como un factor de contribución económica. La inestabilidad emocional puede incrementar entre los matrimonios igualitarios un ingreso económico por la cantidad divorcios que se puedan dar. Habría que revisar si no hay un doble discurso por parte del Estado que, por un lado impulse los derechos entre iguales y por otro, los vea como un negocio. No discrimino la relación y el derecho a vivir entre personas del mismo sexo, tienen derecho a vivir como ellos quieren, sin embargo, la demanda de derechos legales ante temas como los matrimonios y la adopción tiene más jerga ideológica que científica, aunque al final a la sociedad mexicana que, aún sigue siendo conservadora, le importa poco las aportaciones científicas, me parece más que lo que hay que debatir es el papel de la educación como parte fundamental de una nueva mentalidad, puesto que, los mexicanos, nuestra transitoria forma de pensar sigue conflictuandose entre la modernidad y el conservadurismo, situación que no concluye por darle una identidad al mexicano en lo general. 

martes, 6 de septiembre de 2016

El país está de cabeza

Circula por las redes sociales dos notas interesantes, la primera relacionada con el hecho de que militares colocaron la bandera mexicana al revés o mejor dicho de cabeza, eso sucedió en tres o cuatro estados de la república. La segunda nota, en forma caricaturesca publican una imagen de la bandera mexicana de cabeza, pero hacen alusión a que el acto no parece ser un simple hecho sin significado, parece que como decimos en psicología, el inconsciente habla, es decir, dice lo que el estado consciente no puede decir; ¿Qué nos dice ese hecho? Nos dice que el país está de cabeza. Y efectivamente al presidente de la república le ha ido muy mal, los escándalos de corrupción de la casa blanca, luego la de Miami y ahora sumamos el acto del plagio de su tesis y concluimos con dos hechos más la visita de Donald Trump y el cuarto informe de gobierno hecho a modo con jóvenes del PRI. La prensa internacional le ha dado cobertura a todo esto, pero en México la vida sigue normal. Ha habido hecho muy agraviantes que me pregunto ¿Qué debería hacer un presidente que ha agraviado a la nación? Los memes en las redes sociales no han dejado de burlarse de él. La imagen del país está muy dañada ya con la visita de Trump a México, poniendo a un presidente de tapete con un precandidato que discrimina a los mexicanos, que quiere poner un muro en la frontera y que quiere que los mexicanos lo paguemos, eso es el colmo! En realidad el país está de cabeza, no es una falsa percepción es una realidad que está circulando por todo el país, no podemos estar ajenos a esto, se requiere no solo ánimo para levantar a nuestra nación de esa terapia intensa en la que se encuentra, pues no hay opciones visibles para una mejoría. El modelo neoliberal creo grandes oligarquías y en México hay dos, la de la clase política y la del crimen organizado. Por un lado, la primera oligarquía está saqueando al país, están concentrados en administrar lo que queda y, enfrentan una fuerte crisis ya no solo de credibilidad sino también de crisis social. El incremento de asesinatos de periodistas, los desaparecidos que ascienden ya casi a doscientos mil, los miles de familiares que siguen buscando en todas las fosas regadas por el país a sus hijos, la inseguridad creciente, la corrupción sin descansar, ¿Quién nos ayudará a salir de esto? Solo nosotros mismos. Los intentos de organización también han sido apagados, la CNTE, las autodefensas en algunos estados, los jóvenes organizados, los movimientos sociales, todos ellos ha impulsado una agenda sin el gobierno, pero el gobierno no tiene interés dado que busca salidas autoritarias ante las demandas de todos estos actores. Parece que este estado de cosas, esta situación de un país que está de cabeza tiene centrado todos los patrones de fuerza concentrados en un rechazo total a la figura de un presidente débil y sin proyecto. Me parece fundamental que los mexicanos tenemos que urgir a la organización para salir de esto, no veo otra salida, una organización solidaria y sinérgica que construya desde sus bases una agenda de trascendencia social y política. Me parece que la clase política vive en otro mundo, arreglando y administrando nuestros recursos. Antiguamente nos organizábamos bajo el poder tribal o familiar, nos unían la identidad, la solidaridad, la fuerza grupal; en esa raíz los mexicanos cruzamos el umbral del dolor en las distintas desgracias. Esas desgracias nos fortalecieron y crearon por decirlo así, un sistema inmunológico que nos protegió de todos los problemas. Pero a raíz de elegir mal a nuestros candidatos, en la medida que nuestros patrones simbólicos (ligados o adheridos) a las fuerzas políticas del PRI y del PAN nos enfrentamos a las decisiones más cruciales dado que, por un lado, el PRI venía protegiendo o haciendo negocios con el crimen organizado mientras que el segundo, es decir el PAN los alborotó. Estas decisiones han puesto al país de cabeza, pues la triada corrupción-impunidad y crimen organizado han partido al país en pedazos, dejándonos en la orfandad. La esperanza quizá esté en el 2018 o en un terremoto social que nos despierte de este letargo que incuba en el cuerpo del mexicano la zozobra y desesperación, ya veremos que nos depara el 2018 fecha en la que se renueva la presidencia de la república, la cámara de senadores y la de diputados federales.

martes, 9 de agosto de 2016

Aportes para una Psicología de la salud


 
No sabía cómo titular esto, le puse Aportes para una Psicología de la salud, pues quizá tenga que ver con el hecho de reflexionar sobre la importancia que tiene la psicología en los procesos de salud-enfermedad.
Vayamos por partes; Se ha dicho que nuestra biografía se convierte en nuestra biología, lo que entiendo es que esto significa que todo proceso psicológico entendido como nuestras formas de pensar, sentir y actuar ha viajado a través de nuestro cuerpo y ha activado respuestas fisiológicas. Es importante decir que, todo proceso psicológico no está situado solo en el presente también hace alusión al pasado y al futuro, lo que implica que si un evento de ese pasado fue importante o significativo en nuestras vidas va activar una respuesta fisiológica.
Los estudios hechos por neuroquímicos han sostenido la tesis de que todo pensamiento y emociones negativas son parecidos al estrés ambiental, lo que implica que hay una relación entre cuerpo-mente.
Durante varios años he vivido la experiencia de personas que cuando activan eventos significativos del pasado, tales como abandono, rupturas en las relaciones, situaciones traumáticas, estos se registran como recuerdos pero además como enfermedades psicosomáticas, es decir, toda emoción contenida se deposita en el cuerpo (soma) activando muchas veces procesos agudos o leves de problemas de salud tales como dolores de garganta, migrañas, colitis nerviosas, problemas gastrointestinales, hasta canceres.
Hay que entender que la enfermedad se circunscribía a los discursos médicos más como discurso que como conocimiento, por esa razón la ciencia médica ante la falta de explicación tenía que crear un modelo donde se convertía en el referente de la explicación. Hoy parece ser diferente, cada vez nos acercamos a entender la salud ligada a un enfoque holístico integral, donde pesan de manera contundente nuestra evolución psíquica y nuestras historias de vida.
En efecto, hay situaciones de la vida que están determinadas por nuestro pasado y nuestro presente, pero más en sentido emocional que entrelaza el sentido genético.  Sin embargo hoy está apareciendo un nuevo modelo al que he tenido acceso, denominado enfoque cuántico o energético. Este enfoque proviene de la nueva física o física cuántica que tiene que ver con el hecho de que la realidad está hecha de energía y que esta se puede expresar en forma de onda y en forma de partículas.
Este enfoque novedoso empezó por allá en 1920 con Albert Einstein cuando reforma toda la concepción newtoniana de un mundo sólido, por un mundo de energía. Esta aportación es revolucionaria para todas las ciencias en la medida en que nos permite comprobar que la mente es energía y que por lo tanto somos los únicos responsables de lo que pensamos y sentimos. Somos dueños de procesos electromagnéticos que fluyen hacia la realidad tanto de forma positiva como negativa y que, esa condición está situada en el cerebro y en nuestras emociones.
Hoy se demuestra que todo pensamiento puede materializar (que es la forma de convertir en partículas) toda realidad, entonces decimos que la realidad es un campo posible de materializarse, por esa razón un pensamiento que represente una imagen negativa (fracaso, enfermedad, pobreza, miedo, etc.) va a terminar materializándose en una realidad.
Llevo ocho meses estudiando a fondo este proceso aplicándolo a mi propio crecimiento humano y he encontrado respuestas insólitas, lo mismo cuando lo he aplicado. Todo esto ha sido ya investigado y comprobado por científicos desde Albert Einstein, JoeDispenza, Margaret Ruby, entre otros que he empezado a leer.
Luego entonces, para concluir, quisiera dejar en este breve artículo que, la salud, el destino, la vida tiene que iniciar por un trabajo interno, planteando que el éxito de una vida mejor depende de la eficacia que hay que buscarla en la psique y de lanzarla en una determinada dirección (intencionalidad) con voluntad con el objetivo de que produzca el efecto deseado.  

martes, 2 de agosto de 2016

La política como sentido de transformación


Estimados lectores, la democracia electoral se quedó para justificar dinero en los partidos políticos, pues es su única forma de sobrevivir a su existencia. Cada tres años para casos locales como presidencias municipales, diputaciones locales como federales se eligen por la vía antes señalada a los que nos representaran en alcaldías como en los curules.
Meses antes nos visitaron personalmente, nos extendieron la mano, nos regalaron una despensa de comida o un paraguas o lo que sea para pedirnos que votásemos por un candidato -no una propuesta-, de lo que según ese candidato va a hacer en caso de que gane por su comunidad, barrio, sección electoral o pueblo.
Durante tres años es el mismo ritual, candidatos van, candidatos vienen y este país sigue siendo el mismo. Las esperanzas de un cambio se esfuman, ¿Qué tipo de cambio esperamos?
Ya ni lo sé. Las personas esperan un cambio pero, no comprendo porque seguimos esa inercia en nuestra democracia electoral, puesto que parece que estiramos la mano para pedir, nunca movemos el cuerpo para participar.
La clase política nunca vuelve a aparecer en esos lugares donde pedía el voto, hace lo que se conoce como política de avestruz, esconderse. Es fundamental participar, la democracia participativa pudiera tener un sentido de transformación en nuestra realidad, pues impulsaría en el desarrollo de políticas públicas desde y con la gente y no desde el gobierno. Hay que construir una nueva participación en una vertiente horizontal que involucre a todos los actores en el desarrollo con visión de futuro.
El ciudadano, consciente o no, aspira a un progreso de su realidad territorial, sin ser considerado en ese desarrollo. El empoderamiento comunitario, ajeno a la visión de la clase política, no es considerado como eje fundamental en el desarrollo y crecimiento de la sociedad. No quiero ejercer la crítica en el sentido de que esta no aporte nada o contribuya a reflexionar para movilizar las sinergias de los que leen esto.
En estos últimos meses he estado desarrollando proyectos de corte comunitario y he visto y sido testigo de cómo las personas desean participar, hacer algo, esto es muy significativo porque estamos empoderando a las personas y haciendo que ellas crezcan no solo en su persona sino también en la construcción de proyectos que les den un sentido a la existencia como grupo o comunidad. Aquí es fundamental considerar dos situaciones, la primera la participación de los actores marca un hito histórico en el sentido de su involucramiento en su propio territorio, cosa que genera procesos de concientización (o concienciación usando el lenguaje freiriano) y que sirve para comprometerse o responsabilizarse de los cambios, es aquí donde nace el liderazgo y la trascendencia de los pueblos.
Una segunda situación es que, el sentido de participación recae en la acción política, entendiendo a esta como el espacio donde se ejerce un conjunto de toma de decisiones orientadas hacia el servicio a los demás. Este servicio no debe ser confundido como un espacio de poder sino como su nombre lo indica, un abrirse a los demás. La política en su sentido transformador tiene un significado ajeno al ejercicio de poder, el servicio tiene una connotación en la conciencia social en la medida en que el otro, es decir, nuestro próximo, en mirado en la perspectiva como persona y no como cosa.
En el ejercicio de poder, se abstrae al otro como cosa, cultivando las contradicciones entre opresores y oprimidos, entre amos y esclavos. Es necesario detenerse y replantear el sentido de lo político, es innegable que vivimos en una crisis de legitimidad en los partidos porque se ha perdido la vocación del servicio y se ha establecido como regla el ejercicio del poder a través del dinero. Es decir, el poder solo tiene sentido en relación con hacer dinero, negocios, eso es lo que pasa hoy con el tema de la corrupción.
Estoy proponiendo que, primero producir encuentros entre grupos de ciudadanos que se replanteen su participación como actores en el cambio social. Segundo, que esa participación esté vinculada al ejercicio de dignificar la política como servicio. Tercero, que se construyan agendas sociales articuladas a necesidades donde los recursos impulsen verdaderas transformaciones donde cíclicamente tengan una plusvalía y puedan fortalecer una economía humana para la convivencia de la solidaridad y no de la competencia.
Finalmente, desarrollar una filosofía de la solidaridad donde abandonemos la indiferencia y la exclusión, la discriminación y la intolerancia, valores que evitaran caer en situaciones de violencia extrema como la que estamos viviendo.
tambien publicado en http://elregional.com.mx/Noticias/?id=81838 

martes, 19 de julio de 2016

Reflexiones sobre el menoscabo de la autoridad hoy


 El mundo actual parece estar sumido en un caos, crisis económicas, peligros de una nueva guerra, desastres ecológicos, desempleo, desigualdad, narcotráfico, entre otras calamidades. ¿Dónde está el problema?
Pareciera como si el pensamiento estuviera agotado. Se han invertido miles de pesos para buscar soluciones, se han traído a los mejores expertos y parece que todo sigue igual, no hay cambios, tal vez necesitemos una revolución. Pareciera que hemos llegado a la vejez del pensamiento, agotado, sin ánimos, saturado, sin resultados. ¿Cuándo comenzó la crisis de nuestro tiempo?  ¿En qué modelo mental estamos instalados?
La crisis actual está fundada en un modelo mecanicista del mundo, es decir, en una forma de pensar donde la relación está basada en causa y efecto. A fines del siglo XVIII con la crítica Kantiana de la autoridad de la razón fueron sacudidos los cimientos de la metafísica especulativa, el pensamiento de entonces busca reemplazar  la crítica a la razón abstracta, dando origen al idealismo y al positivismo, el primero proclama la libertad absoluta del pensamiento, el segundo su subordinación a la naturaleza.
Hemos llegado al siglo XIX y hasta la actualidad cabía esperar el resurgimiento de algo nuevo que constituyera una certidumbre universal pero parece que nuestro siglo es un promotor del caos y de las guerras. Nuestro siglo se sustrajo a la autoridad del pensamiento pero no ha sido capaz de establecer otra, pareciera que vivimos en un decadentismo.
No hay duda que la crisis del pensamiento tiene que ver con el menoscabo de la autoridad, como diría Norberto Bobbio, “Puede decirse, en general, que la raíz de una crisis espiritual se haya el hecho del menoscabo de una autoridad,  algo colocado en el centro de toda manifestación  del espíritu  como principio constitutivo de las explicaciones teóricas y como criterio regulativo de las valoraciones prácticas” (BOBBIO, N.; 1994).
Cuando se refiere a la autoridad, es en el sentido de las certidumbres del pensamiento, de aquellos vértices del saber que sostuvieron un horizonte histórico, que fueron guía hacia ese horizonte y en el cual era una instancia a la que se podía recurrir para cerrar instancias definitivas, certidumbres de liberación.
Hay que crear nuevos métodos, nuevas formas de pensar, nuevas formas de modificar nuestros esquemas mentales, para eso dos puntos de referencia son fundamentales, el primero, el sujeto.
A partir del sujeto de donde esté, la escuela, la familia, la política, partir construyendo un autoanálisis una especie de feedback, identificar los problemas o nudos y ver hacia donde me remiten estos, transformar nuestra historia (transformar el sustantivo historia por historiar), que nuestro pasado no sea una colección de hechos sino que se  vuelvan pensamientos, hay que elaborar, pensar, formular preguntas. ¿Por qué necesito hacerlo?
Porque necesito un futuro, un nuevo horizonte. Hay que tener siempre en miras un horizonte para poder hacer historia. Cuando Peter Drucker hacía feedback empezaba planteando los puntos fuertes de una persona, diciendo que esta solo puede desempeñarse a partir de su fortaleza. Para saber a dónde pertenecemos, diría, debemos conocer nuestros puntos fuertes y enseguida fortalecerlos. Hay que superar las arrogancias intelectuales que paralizan.
El segundo punto de referencia, es el proyecto, este es la referencia para construir el conocimiento desde el hacerse. Un proyecto es la forma de conducir nuestro pensamiento hacia una dirección históricamente viable, es el proceso que moldea nuestra realidad potencial. Si no hay proyecto no hay rumbo, el proyecto tiene que socializarse.

martes, 12 de julio de 2016

Crónicas de un viaje a la isla


Dieciséis horas de viaje de la Habana a Santiago de cuba en un ómnibus, recorrer la isla caribeña es un placer, charlar con los cubanos todavía es mejor placer.
Aun no me recuperaba de las tres horas y media del vuelo, cuando ya estaba montado en un ómnibus rumbo a Santiago (del domingo 26 de junio al domingo 3 de julio). Parece que recorres la selva tropical, Cuba, la isla que resistió y sigue resistiendo el bloqueo norteamericano ha hecho que el cubano sea un héroe resistente.
La resistencia no solo lo ha forjado el clima caluroso del verano, también las guerras en Angola, la toma del cuartel Moncada, la resistencia en playa girón, la filtración del narcotráfico, el fusilamiento de los viejos revolucionarios que intentaron traicionar la revolución, entre otras miles de historias. Santiago de Cuba es la segunda capital después de la Habana, allí la negritud se estableció por los cortes de caña a través de los esclavos, también en Santiago están los restos de José Martí el héroe intelectual, el creador de un pensamiento que ha hecho mucho impacto en la educación y los valores del cubano.
En realidad me parece que en el socialismo cubano tiene más arraigo el pensamiento de Martí que el de Marx, sin negar que la educación está fundada en el materialismo histórico dialectico. Me preguntaba ¿Qué tipo de socialismo se vive en cuba?
El socialismo cubano no está terminado, en una charla en la casa de educadores del caribe, una joven maestra me decía, “no somos socialistas, estamos construyendo el socialismo”. Se ha socializado la educación que es gratuita, igual que la salud, ambas están en el mejor de los niveles del mundo, pues, se han dedicado de tiempo completo a ello.
El bloqueo económico ha redituado en un nacionalismo popular, el culto al héroe caído lo transmiten las generaciones más jóvenes que forman parte de las milicias, desde una ceremonia a los héroes caídos en guardias solemnes hasta espectaculares en las avenidas más importantes de los rostros de jóvenes que defendieron a su patria ante el enemigo.
El imaginario colectivo cubano no funciona con propaganda comercial, sino con frases explicitas como “socialismo o muerte”, “antes fuimos rebeldes, hoy somos hospitalarios, en el futuro seremos revolucionarios”. Esos valores de propaganda revolucionaria están incrustados en la memoria del cubano. Alguien puede tener una idea negativa de los cubanos, sí, quizá sí, son normales en un país que ha soportado un bloqueo de más de cincuenta años.
Un bloqueo que envenenaba al ganado, que invadía sus playas, que creó un cuartel el de Guantánamo cerca de la isla, que compraba barcos de ayuda humanitaria para que no comieran, que amenazó a países para dejar de apoyar al régimen cubano, que hizo que muchas jóvenes se prostituyeran para tener un pedazo de pan, que muchos padres dejaran de comer para que sus hijos sobrevivieran etcétera.
No estoy defendiendo al régimen, sino contando lo que allá es común escuchar en los viejos que vivieron en los noventa el aislamiento total del mundo. México está también en el imaginario cubano, el afecto tiene dos raíces, nuestro país se solidarizó en los tiempos de crisis y además el cine nacional es bien visto.
He regresado después de un intercambio con la universidad de oriente en Santiago de cuba, la crónica de mi visita es tan corta en su tiempo y tan llena de anécdotas como para seguir escribiendo.
Ahora cuba está en mi corazón.
Tambien publicado en http://elregional.com.mx/Noticias/?id=81345

martes, 31 de mayo de 2016

Gobierno y ciudadanía, la estructuración de la política pública

Hay dos puntos fundamentales cuando se requiere revisar el tema de la relación entre el Estado y la ciudadanía.  Lo que observamos es que se está dando en un ámbito de constante conflictividad, que significa un no reconocimiento por parte de algunos sectores que le dan un alcance de ilegitimo a los gobernantes.  Lo que vale reflexionar si ésta se genera a partir de la toma de decisiones por parte de estos o de la forma institucional en cómo se plantea esta relación; yo pienso que es por lo primero, los ciudadanos exigen y reclaman su propio rumbo y, cuando este no se alcanza en una mesa, agenda de dialogo institucionalmente hablando se da necesariamente una ruptura por el tipo de decisiones que los gobernantes generan. Lo que se plantea entonces, es la capacidad de los gobiernos para mantener de manera clara su concepción en la práctica de lo que llamamos democracia y su eficacia de tomar en cuenta a los ciudadanos en la estructuración de la política pública. Sin embargo nos habla de la incapacidad de los gobiernos por entender que las situaciones no pueden entenderse fuera de la forma en como las comunidades o sociedades recepcionan por parte de los gobiernos la apertura hacia la construcción no solo de las políticas sino también de su propia constitución como sujetos sociales así como del tejido territorial e institucional. Así, diríamos que el punto de la conflictividad está regida por un lado, por la permanente tensión entre las formas institucionales del gobierno y las prácticas culturales y sociales de las comunidades o pueblos. En otras palabras, la función gubernativa determina de manera crucial la estructuración de las políticas sociales, es decir, la manera particular en como los gobernantes disponen de los recursos institucionales y las prácticas culturales de la sociedad es como se definen el proyecto y las políticas. De tal manera que, la forma de superar el conflicto entre gobierno y sociedad habría que partir de la acción de empoderar los diferentes intereses hacia un proyecto social o en su caso, buscar un equilibrio entre las tensiones sociales y la normatividad institucional, pues al final, esta última se sujeta a las distintas interpretaciones y prácticas de cada gobierno. Esto no significa que buscamos la realización de una sociedad a la que se le cumplen sus caprichos sino más bien a la que se le dan sus espacios ante instituciones que habían burocratizado la toma de decisiones y la escucha. Hoy el riesgo social crece porque se constituyó un gobierno cuestionado desde la democracia electoral pero que dio un salto peligroso haberse legitimado únicamente desde allí, precisamente porque años anteriores los tejidos sociales y territoriales no han marcado una justa y equitativa distribución del desarrollo.

martes, 24 de mayo de 2016

Notas para un pensamiento insurrecto

Navegar en el pensamiento y llevarlo los rincones más lejanos de altamar, como aquellos cuya lepra y locura eran trasladadas fuera del ámbito de la pulcritud de una sociedad que se atribuía una moralidad inocua; así, de esa manera, en un lugar y en un tiempo en que esa misma sociedad, ajena a sí misma, pero encerrada en su orgullo fatal, imagen inflada llena de vacuas ilusiones como el dinero, los bienes terrenales, las lujuriosas cenas, sí, así, esa imagen social no es prefigurativa, es producto de la vaciedad total del hombre donde, se han sustituido el esfuerzo por pensar. En ese pensar situado en el mismo corazón de lo concreto, un continente bañado por miles de niños por la calle, u otros buscando comida en los botes de basura, cientos más sentados en la planchas de cemento esperando que una moneda caiga en el pequeño sobrero hecho trizas por el tiempo. Mujeres donde el tiempo es eterno bajo los inclementes rayos de sol bañadas en el sudor que riega aún el grano de una semilla que les dará de comer; el maíz, esa dulce semilla que le dará algunas tortillas, la lluvia que perfora las casas de cartón, debajo dela cama unos zapatos rotos, ¿Cuánto tiempo llevas caminando buscando la esperanza? ¿La esperanza de que? Quien construye un pensamiento insurrecto es aquel que se para en la mirada cruel de esta realidad desigual que no es fruto de la divinidad, ni de la pereza de los pobres, ni de la fatalidad, sino de la injusta distribución de la riqueza, es un problema de justicia. Escribo para pensadores, escribo para hombres y mujeres libres, porque la libertad hace cantar, escribir poesía, luchar, caminar en busca de esperanza. La libertad costó mucha sangre, costó la libertad de hombres y mujeres que soñaron; la insurrección es trascendencia, es la utopía. Pero la utopía tiene que recorrer silenciosamente los gritos desesperados de la injusticia, de la impunidad, del miedo, de la zozobra. Los hombres somos peregrinos en un lugar que no está destinado para nosotros; abrimos los caminos para encontrar los rostros desechos por el hombre en el hambre y en el abandono del otro. Hicimos al otro insurrecto cuando le quitamos el derecho a vivir una vida digna y lo llevamos en su despojo de sí mismo a deshumanizarlo. La mente humana actual padece esa esquizofrénica tendencia a la muerte, por eso, pensar es su única redención, pensar en la vida, restaurar lo perdido, lo abandonado. Para lograrlo es necesario pararse a mirar todo eso, pero esa mirada tiene que ir al corazón para que trascienda en amor. No necesitamos las armas, nuestras armas son la razón y la libertad para abrir otros caminos que nos lleven a plantearnos el tema de la justicia. Nuestras clases sociales, aquellas blanqueadas por la pureza refugiada en la paredes de la iglesia con golpes de pecho, que se lavan la culpa de las hipócritas conciencias puesto que un mano despojan a los pobres y mientras tanto con la otra se la entregan como diezmo a donde buscan su falaz salvación. Pensar, flexionando la mirada de una realidad, es invitar a depositar en esa mirada la fatalidad del otro que, no fue una realidad del destino, sino de la voluntad de aquel que en la opresión quiso ocupar el lugar de Dios.

martes, 17 de mayo de 2016

Enseñar y formar

Alejandro Cruz Solano

La travesía de la enseñanza no es fácil, implica también aprender. Lo difícil de la docencia no está en enseñar, preparar un tema, leer libros, reproducir conocimientos, aunque eso sea útil. Lo difícil es formar, sí, formar el alma, forjar un espíritu, hacer que los jóvenes cuya brecha generacional cada vez es un reto, se involucren, se comprometan, sean valientes, sean visionarios. Soy de la opinión que ante este exigente mundo que demanda mano de obra de las Escuelas, ya no requerimos solo formar competencias que legitimen el uso de la razón instrumental, la misma que solo alimenta la crisis de la educación dado que, no ha cambiado nada, pese a que la educación sigue siendo el pilar fundamental de los cambios. ¿En que cambia la educación? Generaciones de hombres y mujeres forjadas en el espíritu de la educación pública son ahora los mismos que exigen de manera crítica y reflexiva, movilizadora y exigente un alto a las decisiones de otros que, a través del poder, se han embelesado en las mieles del neoliberalismo sometiendo la educación precisamente a las exigencias competitivas del mercado. Pensar la educación frente a una problemática cada vez más compleja, que no solo tiene que ver en función de la relación docente – alumno, sino que incluye los contextos, la vocación profesional, las herramientas de intermediación cultural, etc. En este sentido, la importancia de la formación resulta crucial, pero ¿Qué significa formar a un estudiante? En primer lugar, el concepto tiene una amplia trayectoria histórica y lingüística (ver http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=44028202), en segundo lugar, la formación tiene un sentido no solo de transmisión de conocimientos sino que además estos se encuentran entrelazados con las dimensiones propiamente humanas y es allí donde radica su valor. Formar pues implica ir al corazón de un estudiante y de allí la importancia no solo de educar transmitiendo conocimientos, es fundamental arrancar todo proceso educativo en dirección de transformar la realidad, transformarse a sí mismos y colocarse en el punto social como un observador atento y comprometido con su accionar, tanto ético como social. La enseñanza no solo es transmitir conocimientos, enseñar es pensar, es ir al corazón humano y erradicar los dogmas por los que acostumbramos a cerrarnos. René Descartes decía muy bien que, la única forma de hacer ciencia era dudar, iniciaba planteando que, la única certeza del pensamiento era la duda, dudar es pensar. Con este planteamiento, me parece que la enseñanza del docente tiene que orientarse hacia esa dirección, es decir, movilizar el pensamiento y alejarlo de reproducir solo los textos; movilizar implica una táctica diferente, nos enfrentamos al hecho de problematizar, de formular preguntas, de romper esquemas, de girar más allá de las reglas y poniéndolas fuera del ámbito técnico, en otras palabras, educar para transformar. En la travesía histórica en que se construyó la racionalidad hemos pasado de tener una identidad orientada hacia el control de la naturaleza y hemos perdido esa complementariedad con ella, en este aspecto, las enseñanzas orientadas hacia ese control, sigue legitimando los discursos institucionales del poder y poco se ha hecho por emancipar al hombre de su propia razón que tal parece es su maldición. Esperemos que pronto encontremos una década rica en el pensamiento humano que nos lleve como lo hicieron los existencialistas, los humanistas a enseñar que el hombre no es el lobo del hombre, sino su hermano.

martes, 26 de abril de 2016

Pensar la modernidad


Alejandro Cruz Solano


Hoy este tema aparece justo cuando vivimos una época en que las Ciencias Sociales discuten el concepto de modernidad o sobremodernidad según algunos autores. Me parece fundamental analizar, debatir y proponer alrededor de este concepto algo que nos pudiera ayudar a repensar nuestro papel en el rescate de nuestra memoria histórica. La discusión hoy planteada ha dejado bastantes datos sobre lo que sucede en nuestro entorno y los costos que está dejando en el pensamiento actual. Considero importante preguntarse ¿Qué significa la modernidad hoy para nosotros? ¿Cómo la vivimos? ¿Qué características de este hecho están marcando los rumbos de nuestra memoria histórica? Hacerse tales preguntas nos puede ayudar de manera colectiva a formularnos también algunas respuestas que pudieran crear las condiciones de lo importante que puede ser rescatar nuestro destino como pueblos o comunidades. El problema de la modernidad o posmodernidad o sobremodernidad como la han conceptualizado varios autores es que está cambiando nuestras vidas, vivimos en una era de la incertidumbre y del desencanto de una sociedad que está en riesgo, que en mi opinión tiene su punto de referencia en la racionalidad occidental. ¿Cuándo inicia la racionalidad occidental? ¿Qué significa tal concepto? La racionalidad occidental es el discurso sobre lo humano que lo aleja de su calidad de sujeto y lo acerca como imagen de objeto. Es decir, aleja al “otro” en el sentido de la indiferencia en lugar de demandar su proximidad.  Inicia con el Cogito cartesiano del “Yo pienso” constituyendo así una identidad inteligible, un sistema que busca adecuar el pensamiento con el mundo sensible, es decir, una relación entre la idea y el objeto de manera que sí coincide esa sería la verdad.  La amenaza que se cierne sobre nosotros es pues aquella que fue y es producto de nuestra razón instrumental, aquella que nos enseñó el progreso y la utopía de una mejor vida. El problema es que en el horizonte se desvanecen las opciones, primero, porque los riesgos nos dicen lo que no debe hacerse pero no lo qué debe hacerse. Se instala el pesimismo y el desencanto y, modifica nuestras formas de pensar y sentir. El desencanto tiene un punto de referencia, la muerte del mito; el mito nos sostenía en la creencia porque estaba hecho de “sentido”. Por ejemplo, los vínculos con la tierra eran sagrados porque en ella se encontraba una relación con la vida: el maíz, el arroz, el frijol. Los vínculos con la naturaleza estaban pobladas de dioses que le daban sentido comunitario a los temporales del agua y de la tierra. La modernidad transforma esos mitos y nos instala otros, mitos que ahora nos infu8nde el miedo y la amenaza de una catástrofe natural o apocalíptica. Desde entonces ya no somos los mismos.
La modernidad nos obliga a pensar en el futuro, partiendo de la utopía. Es un pensar sobre nuestro tiempo y espacio. Pensar es problematizar, es alumbrar esos hechos intempestivos sujetos a los vaivenes del tiempo, por eso es importante escuchar y oír los signos del devenir, para que seamos distintos de lo que somos. Lo que ha hecho este fenómeno llamado modernidad o posmodernidad es alterar nuestro entorno; el saber se ha convertido como una relación sujeto – objeto. Lo que nos obliga a replantear desde inicio otra postura. Pensar al “otro” como algo diferente, implica salirse de ese Yo, de sí mismo para colocar la atención en el prójimo; lo cual genera movimiento, produce un despertar en el ser, una apertura hacia el otro, hacia la diferencia. Ese poner en movimiento nuestro ser, aleja de manera importante la individualización pasiva; implica un compromiso que nos acerca a las historias de vida de nuestras comunidades, pueblos y regiones. ¿Por qué es importante el movimiento hacia el otro? La relación con lo real, con lo que nos vinculaba a los mitos se torna problemática porque se está desplazando de lo real a lo virtual.